Estelar

Se dice de ellos que son los nuevos U2 –aunque sea demasiado pronto para afirmarlo con certeza–, pero por el momento Coldplay son uno de los pocos grupos de pop rock relativamente recientes capaces de reunir a grandes masas de gente y agotar todas las localidades de grandes recintos en pocas horas. Una simple comparativa de algunas de las redes sociales con más repercusión convencen de la capacidad de los británicos para conquistar fans: cuentan en Facebook con 2 millones de fans –Madonna se acerca al millón y U2 sobrepasan el millón por poco, y no sirve la explicación generacional pues Avril Lavigne tampoco llega a la cifra de los dos millones en esta red, aunque sí les saque ventaja en Myspace–.

Expuesta la magnitud de la tragedia, hace meses que Coldplay no son únicamente noticia por su éxito sino por un supuesto plagio en el que incurriría su obra magna: Viva la vida. Si primero fue el guitarrista Joe Satriani ahora se le añade Cat Stevens, quien afirmó a la agencia Reuters que denunciará a la formación en función de “lo bien que le vaya a Satriani”. Ergo, si Satriani se lucra lo suficiente. Como cualquier banda de éxito Coldplay suman fans y multiplican detractores a los que el tema del plagio les va como anillo al dedo para ejercer de críticos musicales por un día.



Joe Satriani y el plagio



Cat Stevens y el plagio

Independientemente del respeto que uno profese hacia la musica de Coldplay parece obvio que la necesidad que puedan tener de copiar a Joe Satriani o a Cat Stevens es casi nula. Y, sin duda, si se castigara a Coldplay por el parecido de ambas composiciones se sentaría un precedente legal que obligaría a cualquier grupo a pensárselo muchísimas veces antes de publicar una nueva canción. Y la industria musical se convertiría en una gran cruzada de denuncias que reclamarían la autoría de cada cuatro notas enlazadas, con más o menos gracia, e interpretadas por diferentes artistas en un riff de guitarra, un arreglo de violines o una melodía vocal.
Si Pachelbel levantara cabeza –y si los derechos de autor fueran intemporales–, podría denunciar a Green Day, Oasis, Natalie Imbruglia, Aerosmith, Bush, U2 y un listado importante que Rob Paravonian resume con mucho humor en el siguiente vídeo.



Pachelbel y el plagio

Y por poco que busquemos saldrían más y más comparaciones como las existentes entre It’s a heartache de Bonny Tyler y I’ll stand by you de The Pretenders; Estoy aquí de Shakira y Maggie Despierta de M-Clan; I’ll fly with you de Gigi d’Agostino con Las de la intuición de Shakira; Aire de Mecano y Faithfuless de Skin…

¿Y ahora quién denuncia primero?



Todos y el plagio

Debajo de todo el pesimismo, los miembros de Depeche Mode insisten en decir que ellos son desenfadados y divertidos.
Depeche Mode

“Nunca he entendido por copleto esa descripción” asegura el cantante Dave Gahan durante una entrevista reciente. “Comprendo que somos oscuros, pero siempre ha habido humor en ello. Es el cínico sarcasmo sobre uno mismo.”

Gahan y sus compañeros, el guitarrista Martin Gore y el tecladista Andy Fletcher, han pasado casi 30 años excavando en un un sutil humor negro al unir la sumisión con la dominación, el amor con el odio, la esperanza con la de su acoplamiento con la presentación de posición dominante, el amor con el odio, la esperanza con el arrepentimiento.

Y sí que saben divertirse a su propia costa: échenle un ojo al video de 1997 para su éxito “It’s No Good,” donde se satirizaban a ellos mismos como una vieja gloria que ahora tocaba en lobbys y salones.
"Creo que la gente a veces se pierde las cosas que tienen humor en nuestra música", dijo Gore con su suave tono de voz. "La gente parece pasar demasiado tiempo pensando en qué es exactamente lo que estamos tratando de hacer y qué es exactamente lo que queremos decir."

Pero uno no puede negar que Depeche Mode, ha creado su al parecer imparable carrera echando su anzuelo en las oscuras aguas de las emociones humanas, algo que funciona como el principal atractivo para sus legiones de admiradores vestidos de negro alrededor de todo el mundo.

"La superficie de Depeche Mode es muy oscura y triste, pero algunas veces eso parece excederse tanto que casi bordea en una especie de broma", dice el periodista de música Alan Light. "Aunque para algunos de sus fans, la oscuridad y castigo es precisamente lo que resulta tan atractivo". Gahan, Gore y Fletcher aún son tremendamente atractivo para sus fans. Esta semana, lanzaron su disco número 12 de estudio, " Sounds of the Universe ", el más orientado a los sintetizadores en 20 años.

Al utilizar teclados y cajas de ritmos analógicos antiguos, el trío ingles reaviva su sonido de los 80, el que todavía evoca un ambiente futurista, fuera de este mundo, mientras que las letras de nuevo le dan voz a su larga obsesión: los elementos sadomasoquistas de las relaciones y la fe.

"A diferencia de muchos de otros grupos de electro, que fueron pioneros en el uso de tecnología, pero que no fueron capaces de convertirla en canciones fuertes, Depeche Mode se sienten como verdaderos escritores que utilizan estos sonidos como su lienzo", comenta Light.

En la lenta “In Chains”, Gahan se derrite por una mujer que sabe que es mala para él, pero a la cual no se puede resistir: “I know you knew on the day you were born / I know somehow I should’ve been warned / I know I walk every midnight to dawn in chains.”

Otros cortes sobresalientes son “Fragile Tension” y “Corrupt,” y de la pluma de Gahan las canciones “Hole to Feed” y “Come Back”. Pero la joya de la corona es el sencillo principal “Wrong,” con un provocador estribillo que la convierte en la más soprendente canción de los Mode desde “Personal Jesus”.

“(Wrong) no era la elección más obvia. No creo que la escogimos (como sencillo) porque sentíamos que era la mejor canción. La escogimos porque pensamos que era la cosa más innovadora que habíamos hecho que ponia a prueba el sonido de Depeche Mode”, comenta Gahan.

Con cada uno de sus miembros acercándose a los 50, el nuevo material de los Mode mantiene su enfoque.

"Renunciaríamos si supieramos que la gente sólo viene a vernos porque quieren escuchar las canciones que hicimos hace 20 años", aclara Gore.

Atraer a nuevos fans y mantener un sonido fresco es difícil para cualquier artista, en particular para aquellos en los géneros de la electrónica en constante fluctuación.

"Creo que una de las cosas que nos mantienen en marcha está todavía tratar de escribir la canción perfecta y no sentir que ya pasaste por ahí", dice Gahan. " Es lo que nos empuja. Es decir, hemos sobrevivido a casi tres décadas... lo cual da bastante miedo".

La longevidad ciertamente no era algo que tenían en mente al principio de los años 80.

"Es fantástico que seamos tan relevantes y actuemos para grandes multitudes y haya mucho interés en nuestros discos cuando se lanzan", comenta Fletcher. "Es algo que ciertamente no esperábamos cuando empezamos. Sólo esperábamos estar por ahí unos cuantos años.

Tomando en cuenta lo que algunos podrían llamar a un áspero comienzo -los críticos los golpearon con crueldad tras la salida de su ágil éxito de 1981 “Just Can’t Get Enough”- y algunos de sus contratiempos, incluyendo la muy pública batalla de Gahan contra las drogas (él ha estado sobrio desde hace años) y los cambios en los miembros de la banda a través de los años, el estátus de icono en todo el mundo que han logrado alcanzar es extraordinario.

"Cuando haces música durante décadas, te empiezas a dar cuenta que tienes que crear tu propio camino", afirma Gahan.
"Sólo tienes que hacer lo tuyo. Y de vez en cuando, lo cual desde luego nos ha pasado a nosotros, -dice entre risas- te vuelves a poner de moda."